Hoy os quiero hablar de una silla
con historia. Todo comenzó buscando una para el cuarto de estudio de casa,
empezamos a mirar por internet y dije “ésta!”. Una silla funcional, bonita, con la
combinación de blanco y madera que me encanta en la decoración, y una silla
que veía tanto en un estudio, como en una habitación, un comedor o una cocina.
Lo que no sabía era que había
comprado una silla con historia.
Charles Eames estudió arquitectura
Washington y comenzó trabajando como delineante en el estudio de arquitectura
Trueblood & Graf. Sus viajes a Europa le ofrecieron la posibilidad de
conocer la obra de arquitectos del movimiento moderno como Le Corbusier. En
1930, abrió con dos compañeros un estudio de arquitectura pero terminó cerrando
cuatro años después debido a la falta de encargos por la Gran Depresión.
Fue nombrado profesor de diseño y
jefe del departamento de diseño industria de Cranbook, donde un otoño asistió
una nueva estudiante de pintura, Ray Kaiser.
Al cabo de un año, Eames y Ray
Kaiser contrajeron matrimonio en Chicago. Se instalaron en California y Charles
comenzó a trabajar como escenógrafo para MGM.
Juntos, se presentaron a un
concurso de diseño de muebles organizado por el MOMA de Nueva York. Sus
revolucionarias sillas en fibra de vidrio ganaron el primer premio. Su
concepto, una estructura sencilla, capaz de soportar diferentes variaciones la
convirtieron en un mueble universal y muy influyente en el diseño del siglo XX.
Una silla, la Eames, que se adapta
a la forma del cuerpo y que actualmente comercializa Vitra en Europa y Herman
Miller en América.
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