De nuestro fin de semana relámpago en Madrid me traigo varios rincones que descubrí y que quiero compartir con vosotros porque ya están en mi libreta de "visitas obligadas en la capital".
¡Vamos con el primero!
En el número dos de la calle de las Huertas, en el
corazón del Barrio de las Letras, encontramos de casualidad un lugar de ensueño.
Luego, buscando por internet descubrimos que era un sitio con mucha historia.
En este lugar fueron
enterrados Lope de Vega, don Ramón de la Cruz, Ventura Rodríguez y tantos otros.
Y aquí vino a desenterrar a su amada (la "divina" María Ignacia
Ibáñez) el gaditano José Cadalso, que luego contó su historia en "Noches
Lúgubres".
Cuando se prohibieron los entierros dentro de la
ciudad, el lugar dejó paso a la floristería de la familia Martín en el año
1889.
El cementerio se convirtió en un vivero increíble, en un lugar para sentarse y pedir deseos a la sombra de un magnífico olivo que congrega a niños que vienen a escuchar cuentacuentos, a pintores que terminan sus obras, o a todo aquel que quiera participar en un taller de floristería.
Este jardín llamó poderosamente nuestra atención al pasear por el barrio de las Letras con su cartel “No dejes de Soñar” y con un fantástico mensaje en su alfombra de la entrada.
El cementerio se convirtió en un vivero increíble, en un lugar para sentarse y pedir deseos a la sombra de un magnífico olivo que congrega a niños que vienen a escuchar cuentacuentos, a pintores que terminan sus obras, o a todo aquel que quiera participar en un taller de floristería.
Este jardín llamó poderosamente nuestra atención al pasear por el barrio de las Letras con su cartel “No dejes de Soñar” y con un fantástico mensaje en su alfombra de la entrada.
Y es que “El Jardín del Ángel” es un lugar que no pasa
desapercibido.
En próximos post seguiré desvelando lugares con encanto.
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